Historia del Kartismo en Costa Rica

Historia del Kartismo en Costa Rica
Existen muchas distintas versiones acerca del nacimiento del Kartismo en Costa Rica, a continuación presentamos una recopilación de datos según lo vivido personalmente por Mario Valerio, y según un trabajo de investigación realizado por nuestro piloto/alumno Francisco Chamberlain.

Muchos concuerdan en que el kartismo surge en 1959 como un pasatiempo de fin de semana. Fue creado por un grupo de amigos que lo practicaban por la adicción a la adrenalina que producen los deportes de motor. Entre ellos estaban: Freddy Alvarado, Hugo Chamberlain, Guido”Güevo” Hernández etc.

 

En los años setentas se funda probablemente la institución más representativa del kartismo, la Asociación Costarricense de Kartismo ACEK. En este periodo destacaron los pilotos Arnoldo Rodríguez, Francisco Pasos entre otros. Alrededor de éstos años, las carreras se hacían en residenciales, turnos y en el Club Campestre El Castillo, en San Rafael de Heredia ya que no se contaba con un kartódromo donde se podía correr propiamente.

 

En 1974 se crea el Autódromo La Guácima lo que dibuja un kartismo profesional en el futuro. Diez años más tarde alrededor de 60 pilotos conformaban las parillas de salida. Entre ellos destacaban tres equipos: Selp (de José Luis Paniagua), Móvil y Hovenga.

Para finales de los ochenta el kartismo sufrió una ¨muerte temporal¨. Ya que llegó a perder la totalidad de sus participantes, se rumora que fue debido a competitividad extrema de ciertos equipos, que empañó un deporte que se suponía era familiar y divertido.

Uno o dos años después de la ¨muerte temporal¨ del Kartismo, fue que Carlos ¨Kikos¨ Fonseca asumió la presidencia de ACEK con el fin de resucitar el kartismo. Para ese entonces eran los hijos de pilotos de automovilismo quienes hacían sonar los motores de los karts. En esa época nacieron actuales pilotos reconocidas tales como, Charlie y Andrés Fonseca, Daniel y Alejandro Muñiz, Jean Valerio incluso destacaban pilotos como Arturo López, Marco ¨Macho¨ Salazar, Alberto Lang, etc.

 

Iniciaron sus trazos en circuitos improvisados dentro del Autódromo La Guácima, luego se trasladaron al ¨intento¨ de kartodrómo justo en la entrada del autódromo. Actualmente ese circuito es usado por automodelismo.

En 1996 La Guácima fue vendida y cerrada para prácticas o carreras deportivas. Pero el Kartismo sobrevivió esa pérdida y se traslado a la ¨Villa Olímpica de Desamparados¨, circuito que se armaba con llantas sobre la pista atletismo. Para el cambio de siglo el kartismo estaba de vuelta en sus mejores tiempos, en estos años se unieron pilotos como Andrés Montalto, Juan Carlos Alvarado, Diego Rodríguez, Amadeo Quirós, Daniel Formal y Paul Dorsam, Felipe Vargas, etc.

Para el 2003 el Kartismo vuelve a ver un asfalto con aires de profesionalismo, cuando La Guácima volvió a abrir sus puertas, el kartismo fue una de las primeras disciplinas en darle la bienvenida. Con el autódromo casi en ruinas el kartismo se mantuvo positivo, para ese entonces el trazado que se usaba era el sector del Lago, montando los pits en la curva de la Toyota. Pilotos como André Solano nacieron en estas épocas.
 

 

De ahí en adelante ACEK como organización ha pasado por múltiples cambios e ideales, desde proponerse salvar al kartismo, hasta poder llegar a comercializarlo e internacionarlo.

Es una realidad que para este entonces, alrededor de 20 años después de que el kartismo resucitara, con ideales deportivos establecidos, los kartistas y sus organizadores han ¨arrastrado¨ al kartismo hacia un futuro promisorio.

Lo importante de conocer esta ¨historia¨ es que le da la importancia al origen de una disciplina, que ha pasado desapercibida por la mayoría de categorías mayores del automovilismo. En los últimos años mucho se ha cuestionado el desarrollo del automovilismo nacional, ya sea por presupuestos altos, categorías sin objetivos o pilotos desinterados y hasta patrocinadores sin motivación. 

Pero si sigue fijando la mirada en el EFECTO y no en la CAUSA. Por lo que invitamos a la comunidad motorizada a volver su mirada en esos niños kartistas que suben a un podium con una sonrisa sincera (¿reconocen los niños en el podium?), porque se les suele llamar el SEMILLERO del automovilismo, pero sueltan las semillas a la voluntad de graderías vacías y cobertura de prensa sin fundamento.

Estas semillas no piden abonos, porque créanme, lo que el kartismo más tiene es motivación. Tan sólo se necesita de tierra fértil, porque el agua y el sol vendrán por añadidura.